Paule Lebay, Francia

Leila/ julio 10, 2020/ Otros profesionales/ 0 comentarios

Hoy os traigo a Paule Lebay desde Francia. Su historia es muy inspiradora y demuestra que con ganas y esfuerzo todo se puede. Es una autodidacta que aprendió sobre horticultura y jardinería por su pasión por las plantas y se lo trasmitió a sus pacientes. El poco inglés que sabe lo ha utilizado para aprender y leer libros sobre Horticultura Social y Terapéutica. Paule es enfermera de profesión y, como otros/as tantos profesionales, ha sufrido el síndrome de burnout. Al nacer su primer hijo decidió dejar su puesto de trabajo y dar un giro a su carrera. Pensó en formarse en agricultura ecológica, pero durante el proceso de buscar qué hacer le propusieron trabajar en un Centro de mayores. Aceptó el trabajo como algo temporal, pero sin darse cuenta pasó el tiempo y volvió a quedarse embarazada. Estando ya de baja maternal, le llamó su jefe para comentarle una idea que cambiaría el curso de su futuro. Abrir un Centro de día para personas con deterioro cognitivo en la que ella sería la coordinadora de enfermería. Y así es cómo empezó todo…

“Este puesto era perfecto para responder por fin a una necesidad habitual en estos Centros. La creación de un espacio al aire libre donde los usuarios pudieran disfrutar, cultivar y relacionarse. Compartí mi propuesta con el director, al que le encantó la idea, pero rápidamente me respondió que no tenían capacidad financiera para llevarlo a cabo. Un obstáculo muy habitual. No quise darme por vencida y, casualmente, al cabo de un rato, me llamó para preguntarme si quería inscribirme en un Curso de Iniciación a los Jardines Terapéuticos en Domaine de Chaumont-sur-Loire. Me quedaba muy cerca y no dudé un momento en decirle que sí. Fue una formación de tres días donde conocí a Anne Ribes, considerada la pionera en Francia de los Jardines Terapéuticos. Tras la formación decidí fundar una Asociación con el objetivo de recaudar dinero para poder crear el jardín. Al mismo tiempo, el Centro de Formación de Chaumont me brindó la oportunidad de participar como formadora en el curso de Jardines Terapéuticos donde contaba mis avances y experiencias, además de invitar a los alumnos a visitar el jardín. Ahora, cuando lo pienso, creo que fue una locura porque esos alumnos lo único que veían era césped, sin embargo, todos/as aportaban ideas que cuidadosamente fui anotando.

La Asociación consiguió la financiación suficiente para poder instalar el jardín, que por fin vio la luz en el año 2013, recibiendo dos premios. Establecimos un convenio de colaboración con el Centro de Formación de Chaumont, el Centro de día y la Asociación para poder continuar intercambiando experiencias. El jardín siguió creciendo y mi labor buscando fondos no podía parar. A la vez el Centro de Formación me propuso desarrollar una formación complementaria centrada en dinamizar el uso del jardín, por lo que empecé a formar en terapia hortícola/horticultura terapéutica. El curso tuvo muy buena acogida, siendo la formación más extensa que se ofrecía hasta el momento, con una duración de 4 días, de los cuales dos se dedicaban al uso de la cestería como terapia.

Es importante recordar que en Francia no existe todavía a día de hoy un curso avalado por la Universidad, por lo que todas estas formaciones respondían a una demanda real y eran las únicas que existían de referencia. Ofreciendo un pequeño catálogo reservado exclusivamente a los jardines terapéuticos.

 

Desafortunadamente, en mi trabajo, cambió la dirección del Centro de día y el Jardín Terapéutico no entraba en sus planes. Empecé a sufrir acoso laboral y tuve que dejar el trabajo a la vez que me divorciaba. ¡Un gran reto! Como te podrás imaginar, la formación era mi único salvavidas para poder avanzar. Decidimos ampliar la oferta de formación y de contenido, creamos un jardín que sirviera de aprendizaje, pero también para poder utilizarlo con las entidades de la zona. En resumen, ser un laboratorio al aire libre donde poder conocer de cerca a los profesionales de la salud y sus retos con los usuarios. Es triste, pero también tuve que dejar este trabajo.

Mi convicción sobre esta profesión y los beneficios que ofrece el huerto y el jardín han hecho que continúe en este camino donde también pasan cosas positivas. ¡Próximamente publicaré un libro sobre jardines terapéuticos! La idea es poder divulgar, dar a conocer y ayudar a las personas que quieran establecer un jardín terapéutico y no saben por dónde empezar. En el libro explico los pasos a seguir, basados en mi propia experiencia, pero también habrá aportaciones de otros profesionales que he ido conociendo a lo largo de estos años. De hecho, Rebecca Haller es una de las colaboradoras.

Otro hito fue participar en la creación de la primera Federación Francesa de Jardines de Naturaleza y Salud en noviembre del 2018. Soy una de sus miembros fundadores. Empecé llevando la web, pero ahora mismo tan sólo participo en el grupo de trabajo que se encarga de la bibliografía. También he creado mi propio blog www.plusdevertlessbéton.com donde comparto experiencias e intercambios con otros/as profesionales, como ha sido este caso.

En relación con el tema de formación, estoy intentando crear cursos más largos y respaldados por la Universidad, aunque es complicado, pero estamos de acuerdo en la necesidad de un reconocimiento de la profesión.

 

La Horticultura y la Jardinería Social y Terapéutica se basa en la conexión o reconexión del hombre con su entorno natural. Las plantas son las verdaderas curanderas en esta historia. El profesional es sólo un puente, un guía y sobre todo un observador de esa interacción hombre-planta. Últimamente observo que se están creando jardines terapéuticos que, en realidad, no cumplen con su objetivo principal. Son jardines que se utilizan simplemente como circuitos de fisioterapia, pero un jardín es un lugar donde la vida es omnipresente, las estructuras inertes puestas aquí y allá no encajan con este tipo de diseño. Además, no por poner al equipo médico en el jardín le convierte en terapéutico. Por eso es importante contar con Terapeutas Hortícolas, profesionales formados y con ciertas cualidades y aptitudes  al frente de la gestión de estos jardines. Las cualidades que debe poseer un Terapeuta Hortícola las describo en mi libro, pero te comento unas pocas:

– Conocimiento sobre plantas y prácticas hortícolas

– Conocimiento sobre los colectivos habituales (patología, hábitos, objetivos terapéuticos específicos, conocimiento de la evolución clásica de los trastornos asociados, gestión clásica…)

– Ser analíticos/as, dinámicos/as, pacientes, pedagógicos/as y entusiastas.

– Tener una gran capacidad de adaptación

Para mí es una suerte vivir este período en el que está todo por hacer, me parece emocionante porque tengo muchas ideas para desarrollar. Veo el futuro muy prometedor porque creo que los jardines terapéuticos se convertirán, en un futuro, en algo habitual. Lo ideal sería que los arquitectos pudieran sumarse a este tipo de diseño biofílico e inclusivo. También creo que habrá un creciente desarrollo de prácticas como el yoga, la meditación, el tai chi y la sofrología en estos jardines. Y por último, creo que los pacientes también deberían recibir un mayor apoyo en su propio proceso de sanación. ¡Hay tanto que hacer que una vida no será suficiente!

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