Cerrando un ciclo

Leila/ julio 12, 2019/ Actividades/ 1 comentarios

Trabajamos con la naturaleza, con seres vivos que tienen su propio ciclo de vida, también llamado ciclo vital o ciclo biológico. Como terapeutas profesionales que ponemos en contacto a las personas con la naturaleza, debemos conocer bien los ciclos biológicos de las plantas con las que vamos a trabajar.

Cuando pensamos en las sesiones, sobre lo que vamos a hacer y cómo, antes debemos plantearnos el cuándo. Te explico. Algunos proyectos funcionan todo el año, pero hay otros que prefieren los meses donde la meteorología es más agradable, es decir, la primavera y el verano. Una vez respondida esa pregunta podemos pasar a la fase de «programación», en la que establecemos el tipo de sesiones que vamos a ofrecer en ese período de tiempo del que vamos a disponer.

¿Qué tipo de sesiones buscamos?
– Las que tienen un principio y un fin dentro de la misma jornada, por ejemplo, la preparación de etiquetas para identificar las plantas.
– Las que tienen un principio y un fin, pero que se alarga en el tiempo. Por ejemplo, partir de una semilla, acompañar a la planta durante su desarrollo, recolectar sus frutos y obtener de nuevo una semilla. La duración la determina el ciclo biológico de la propia planta, dato que tenemos en cuenta a la hora de preparar la programación.

Como nuestro huerto es ecológico siempre dejo un par de plantas para recoger sus semillas y poder autoabastecernos. No falla la pregunta de alguien que, con mucha curiosidad, te dice: «¿para qué quieres las semillas?». Ahí me doy cuenta de que he despertado la curiosidad de la persona por saber más sobre el ciclo de la vida.

Nuestros pequeños tesoros los guardamos y conservamos para la siguiente temporada, pero siempre nos sobran semillas. Con el excedente lo que hacemos es venderlo o regalarlo. Para ello hemos diseñado unos sobres muy chulos con nuestro logo. La finalidad es dar a conocer nuestro proyecto, lo que hacemos, para favorecer la inclusión social de los participantes.

Recomendación:
Este tipo de sesiones son ideales para los días en los que el tiempo no acompaña y tenemos que quedarnos en el aula. Son muchas las capacidades que podemos trabajar o estimular en el participante, por ejemplo: la concentración, la reminiscencia, la paciencia, la resiliencia, la motricidad, la interacción social, el trabajo en grupo, las matemáticas, la estimulación de los sentidos, entre otras.

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